El 19 de julio 2012, el piloto de pruebas Chip Yates llevó a cabo el segundo vuelo del avión eléctrico Long-EZ de Flight of the Century (también conocido como Long-ESA) en los cielos del Aeropuerto Inyokern de California. Tras conseguir el récord de velocidad de vuelo en un avión eléctrico, perdió toda la potencia y tuvo que practicar un aterrizaje de emergencia.
Yates obtuvo su licencia de piloto privado en sólo dos meses, los mismos dos meses que tardó Chris Parker, el gurú de la fabricación en diseñar y construir el avión eléctrico más potente del mundo. Yates tenía sólo 58 horas de vuelo en el momento del récord de 326 km/h y se enfrentó a una pérdida total de potencia, lo que llevó a un aterrizaje forzoso sin motor y con el vuelo de profundidad atrás del todo.